LOS MÉTODOS DE VALORACIÓN
(I) Son muchos los métodos de valoración
que se pueden llevar a cabo en una empresa, pero no
todos tienen por qué ser los apropiados. Por
una parte, podemos distinguir los métodos basados
en el balance, es decir aquellos que tratan de determinar
el valor de la empresa a través de la estimación
del valor de su patrimonio. Lógicamente, se
trata de una valoración estática que
no tiene en cuenta la evolución futura de la
empresa. Estos métodos son el valor contable,
valor contable ajustado y el valor sustancial.
También podemos valorar una empresa con métodos
basados en la cuenta de resultados, es decir, a través
de los beneficios, ventas y otro indicador. Es bastante
común aplicar múltiplos de valoración
o coeficientes en estos casos. Nos estamos refiriendo
por ejemplo a la utilización del PER. El PER
(Price Earning Ratio) indica el múltiplo del
beneficio por acción que se paga en la bolsa.
Por ejemplo, si el beneficio por acción de un
año es de 2 euros y la acción cotiza
a 30 euros, su PER es de 15 (15/2)
Otro múltiplo bastante utilizado es el de las
ventas, que consiste en calcular el valor de una empresa
multiplicando sus ventas por un número.
Una manera bastante simple de estimar valoraciones
de empresas es hacerlo de manera "relativa",
es decir, por comparación con otras empresas
similares. En primer lugar tenemos que elegir las empresas
con las que podemos comparar. Elegidas las empresas
nos quedaría fijar qué tipo de ratios
pensamos comparar entre todas ellas
Otro método muy utilizado es quizás el
de descuento de flujos de caja, que trata de determinar
el valor de la empresa a través de la estimación
de los flujos de dinero – cash flows- que generará en
el futuro, para descontarlos a una tasa de descuento
según el riesgo de tales flujos.
No obstante, la realización de proyecciones
es sin duda el aspecto más complejo de la aplicación
de cualquier metodología dinámica de
valoración de empresas siguiendo el principio
de que una empresa vale lo que es capaz de generar.
Poco a poco iremos analizando detalladamente cada
método pero cada uno tiene sus ventajas y sus
inconvenientes y por lo tanto será el sentido
común del analista el que deba, mediante sus
conocimientos y experiencia, indicar cuál es
el método más apropiado para cada caso
y las variables más apropiadas (por ejemplo
el riesgo, o tasa de descuento).
En definitiva, el conocer la valoración de
las empresas resulta de gran interés, puesto
que estimar el valor de la actividad sirve para que
el empresario conozca cuánto vale su empresa,
cuál ha sido la rentabilidad de las inversiones
que ha realizado en el negocio, qué puede hacer
para mejorar la rentabilidad de la misma, por cuanto
puede venderla, cómo se encuentra su empresa
con respecto a la situación general del mercado
etc. |